Fernando Arab: Un Veto a la Modernidad
El Congreso aprobó hace algunos días el veto presentado por el Gobierno al proyecto de reforma laboral.
Dicho veto consiste, básicamente, en eliminar del proyecto de reforma lo relativo a los pactos de adaptabilidad. Con lo anterior, no solo desatendemos el llamado que nos ha hecho la OCDE para flexibilizar nuestras relaciones laborales, sino que constituye, además, un nuevo paso del Ejecutivo que lleva a rigidizar las relaciones colectivas de trabajo y restarles efectividad. En suma, constituye un veto a la modernidad.
Es más, el propio mensaje del Gobierno contenido en el proyecto de ley indicaba, expresamente, que “una economía abierta y competitiva requiere que las empresas tengan capacidad de adaptarse a un entorno que impone desafíos crecientes en materia de productividad y competitividad. Para enfrentar estos desafíos, las empresas deben contar con las herramientas necesarias para adecuarse a los ciclos productivos, actuando con oportunidad y eficacia. Estos ajustes no pueden sino emanar del entendimiento entre los trabajadores y las empresas, en un marco de diálogo y colaboración”.
En suma, el propio Ejecutivo reconoce que para que exista una economía abierta y competitiva resultan necesarios estos pactos de adaptabilidad, pactos que tras el revés en el Tribunal Constitucional parecen ya no ser del agrado de la autoridad.
A mayor abundamiento, el referido mensaje también es categórico en señalar que “en consecuencia, se busca reconocer una amplia libertad y autonomía a las partes para negociar y establecer acuerdos… eliminando las restricciones que actualmente existen… por lo que se propone facultar a las partes para negociar pactos sobre condiciones especiales de trabajo”, pactos que ahora son eliminados, constituyendo, como ya dijimos, un verdadero veto a la modernidad de nuestras relaciones colectivas de trabajo.
Socio de Morales & Besa
Ex Subsecretario del Trabajo